Lograr una piel saludable es más profundo que seguir una buena rutina de cuidado de la piel. Una piel saludable se deriva de un estilo de vida equilibrado que incluye componentes clave de dieta, atención plena y ejercicio.
En este post nos vamos a centrar en el ejercicio como forma de conseguir una piel sana.
El flujo de sangre
Mueve tu cuerpo y haz que la sangre fluya, literalmente. La mala circulación puede afectar la piel de varias maneras: palidez, sequedad, picazón, cicatrización lenta de heridas e imperfecciones y mayor riesgo de infecciones. Su sangre transporta más que solo oxígeno; también transporta toxinas y productos de desecho, esencialmente limpiando la piel desde el interior. El flujo ineficiente inhibe el sistema de eliminación de desechos y el proceso de curación que nos proporciona nuestra circulación.
Aumentar el flujo sanguíneo ayuda a que las células vuelvan a crecer y la regeneración celular es vital para producir colágeno. El colágeno es una proteína que sirve como uno de los principales componentes básicos de los huesos, la piel, el cabello, los músculos, los tendones y los ligamentos. Es lo que evita que tu piel se “hunda”.
Mantener una práctica diaria de movimiento y ejercicio mejorará tu circulación y, en última instancia, la salud de tu piel.
Endorfinas
Las endorfinas son neurotransmisores que el cerebro libera para aliviar el dolor y promover el placer. Los beneficios de las endorfinas incluyen: reducción del dolor, aumento del placer, reducción del estrés, ansiedad y depresión, mejora del estado de ánimo y autoestima. Si su cuerpo no produce suficientes endorfinas, tiene un mayor riesgo de: dolores corporales, depresión, ansiedad, adicción y problemas para dormir. ¡Se ha demostrado que el ejercicio aumenta los niveles de endorfinas!
Niveles de estrés reducidos
Las investigaciones han demostrado que el ejercicio ayuda a disminuir los efectos del estrés y reduce los niveles de las hormonas del estrés, el cortisol y la adrenalina. Para responder al estrés, el cuerpo libera cortisol que a su vez aumenta los niveles de azúcar en la sangre. El aumento de azúcar en la sangre provoca la glicación, un proceso en el que el azúcar se une a una proteína como el colágeno y la daña, lo que en última instancia conduce al envejecimiento de la piel. El estrés es inevitable, pero el estrés crónico es manejable a través de prácticas diarias, como el ejercicio.
Si el ejercicio ya es parte de su rutina diaria, manténgalo; ¡Tu piel es más saludable gracias a ella! Si el ejercicio es algo con lo que tiene problemas, ya sea que simplemente no le guste o que haya restricciones en su vida que lo desalienten, ¡contácteme y hablemos! ¡Me encantaría trabajar con usted en su horario y restricciones, compartir consejos de salud y encontrar un movimiento en el que encuentre alegría!